Río+20 discute imponer límites planetarios a la Humanidad

POR LUIS MIRANDA | THE REAL AGENDA | 19 JUNIO 2012

La conferencia globalista Río+20 comenzó, y los temas que se discutirán durante la reunión serán de gran importancia para todos nosotros, no porque sus asistentes quieren realmente resolver los problemas que amenazan a la humanidad como un todo, sino porque los patrocinadores del movimiento están planeando conjurar y aplicar una política ambiental que impondrá una verdadera tiranía global; al igual que hicieron los nazis, incluso antes de que Hitler llegara al poder. Esto no quiere decir que el mundo no está bajo la amenaza de serios problemas ambientales, pero ninguno de esos problemas será discutido o resulto en Río de Janeiro esta semana.

El Río+20 es el regreso a los orígenes de una serie de reuniones organizadas por las Naciones Unidas y las corporaciones que le apoyan (Shell, Coca Cola, Nestlé, Basf, entre otros). Como hemos informado una y otra vez, ni las empresas ni la ONU tienen los mejores intereses de la humanidad en mente. De hecho, los mayores problemas que enfrentamos hoy en día los seres humanos, incluidas las catástrofes ambientales se derivan de la avaricia corporativa y la incapacidad del gobierno para frenar su apetito por los recursos naturales y las políticas de despoblación humana.

En todas las ocasiones anteriores, las reuniones políticas celebradas en los foros de acción para implementar políticas a favor del medio ambiente se han visto sacudidas por el escándalo, fraude y negociaciones secretas de último minuto, que fueron descubiertas y expuestas al público. Por eso es que la fraudulenta pseudociencia detrás del calentamiento global antropogénico falló, y sus patrocinadores tuvieron que cambiar su discurso a “cambio climático”. Pero ese fraude fue expuesto también como una idea reciclada de los años 70 y 80, cuando Maurice Strong y otros funcionarios globalistas advirtieron sobre la falsa amenaza del “enfriamiento global”.

Luego vino el escándalo conocido como ‘Climategate‘. Toneladas de e-mails y documentos de la Universidad de East Anglia se hicieron públicos, y con ello científicos, investigadores y periodistas que eran escépticos sobre el fraude del ‘cambio climático’ desvelaron la falsa agenda ambientalista como una iniciativa neofeudalista. El escándalo ‘Climategate’ puso fin al robo que habría significado un esquema generalizado de emisiones de carbono, que no pudo ser la fuente de ingresos para la globalistas como Al Gore, quien ha invertido fuertemente en el comercio de créditos de carbono.

Los emails de ’Climategate’ revelaron cómo un grupo de llamados científicos confabularon para llevaron a cabo la manipulación de datos, la supresión de evidencia que desacreditaba la teoría del calentamiento antropogénico y como ellos trataron de reprimir todos los signos de la disidencia que viniera de por cualquier persona en la comunidad científica. El sentimiento de que la disidencia tenía que ser oprimida se tradujo más adelante en un numero mayor de estudiosos que expresaron su intención de aplastar a los escépticos del clima que se comieron el cuento de hadas del calentamiento global causado por el hombre. Una investigación llevada a cabo por la Universidad de East Anglia, el origen del fraude, concluyó sin embargo, que no había habido colusión, supresión de la evidencia o la intención de atacar a los disidentes.

En las últimas dos reuniones auspiciadas por la ONU, el público aprendió más acerca de las mentiras y la desinformación de los controladores utilizadas para lograr sus objetivos de mantener a la mayor parte de la humanidad en un estado de subdesarrollo. El “texto danés” fue descubierto y con ello más detalles de cómo las Naciones Unidas quería encadenar los Estados-nación al ordenar membresía permanente en su reducción de emisiones de carbono y las iniciativas de desindustrialización que conducirían al mundo a una era post-industrial dominada por la pobreza en todo el mundo en nombre de salvar el planeta. Este documento también entregaba más poder a las corporaciones que controlan a las naciones ricas. Como si el descubrimiento del “texto danés ‘no fuera suficiente, el público descubrió más tarde el escándalo que rodeaba a uno de los líderes del “cambio climático apocalíptico”. El Dr. Rajendra Pachauri, uno de los padrinos de la agenda globalista del medio ambiente, fue denunciado por apoyar un supuesto estudio científico sin fundamento sobre el derretimiento de los glaciares del Himalaya.

Aunque más tarde Pachauri retractó su apoyo al estudio, él pensó que era una buena idea contratar al hombre detrás del informe del IPCC, que había escrito acerca de la falso derretimiento de los glaciaresde los Himalayas. A pesar de todos sus fracasos para hacer creer a la gente que un micro sistema de gestión global bajo el poder de la ONU y sus patrocinadores es la solución a todos los problemas, los globalistas están de vuelta de nuevo. La reunión Río+20 sirve para discutir una nueva advertencia en sus esfuerzos por disminuir el desarrollo para todos los pueblos del mundo que no lo han disfrutado. El nuevo punto que esta siendo divulgado y que viene directo de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica es la imposición de límites planetários a la actividad humana en aras de reducir el impacto que dicha actividad provoca en el planeta Tierra. Todo eso suena muy bien en el papel, pero lo que no está bien del todo es lo que la iniciativa significa: una agenda anti-humana.

Vamos a ver lo que dos de las secciones más reveladoras del documento de la ONU dicen acerca de la humanidad y sus actividades. El artículo 11 afirma que hay demasiada gente en el mundo que viven con un estilo de vida muy bueno. Eso es en sí una mentira, porque la mayoría de personas en el mundo pertenecen a las clases medias y bajas. Sin embargo, el documento ofrece dos opciones para hacer frente a la llamada explosión poblacional. En primer lugar, dice que la mayoría de los seres humanos deben vivir como “campesinos”, y que la población del planeta debe reducirse inmediatamente a unos 5 a 7 millones de personas. En segundo lugar, se dice que el planeta debe seguir disfrutando de altos estándares de desarrollo, pero que “una estimación razonable de una sociedad de países industrializados a niveles vistos en América del Norte debe tener apenas 1 mil millones de personas.” Este es el mismo tipo de discurso propuesto a menudo por partidarios de las Naciones Unidas como Ted Turner y Bill Gates, quien a través de sus fundaciones exentas de impuestos ejecutan programas de despoblación patrocinados por las Naciones Unidas en África, Asia y América Latina con el fin de reducir la población con vacunas, productos farmacéuticos, organismos modificados genéticamente en los alimentos, las guerras, y la escasez artificial de alimentos no contaminados. De acuerdo con los planes, la población global sería sólo el 14% de lo que es hoy.

El artículo 12 toca el núcleo de un asunto muy delicado para millones de personas: la religión. El documento condena el cristianismo y dice que la “visión del mundo occidental” niega los atributos sagrados de la naturaleza que se establecieron firmemente con las tradiciones religiosas judeo-cristiano-islámicas. Las Naciones Unidas apoya la opinión que dice que los seres humanos deben ser vistos como parte de un tipo diferente de comunidad que incluye a plantas y animales. En otras palabras, la ONU quiere que la vida humana tenga el mismo valor que un animal o una planta. Bajo esta premisa, salvar una vida humana, por ejemplo, no es más importante que salvar un árbol o un pájaro. Esta política también se lleva a cabo una iniciativa que nació en la ONU que tiene la intención de igualar los seres humanos a las plantas y los animales de manera que el derecho inherente a la vida, dada a todos por el creador sea etiquetado como obsoleto.

Un artículo reciente publicado en la revista Scientific American informa sobre un estudio que comenzó en 2009, que pretende analizar el concepto de límites planetarios. Esa es la creación de límites a la actividad humana en aras de “salvar el planeta”. La necesidad de tales límites, dicen los defensores, se deriva de la amenaza que representa para los seres humanos las emisiones de CO2, el aumento del nivel del mar, los cambios climáticos inducidos por humanos y así sucesivamente. Todas estas supuestas amenazas han sido ampliamente desacreditadas por científicos escépticos, pero la imposición de tales límites están profundamente arraigadas en la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica en sí, lo que significa que imponer límites al desarrollo sigue siendo una pieza central en la lucha que la ONU lleva contra la humanidad. El estudio no toma en cuenta los problemas ambientales reales, tales como las estelas químicas o chemtrails, organismos genéticamente modificados, la amenaza de la energía nuclear (Fukushima), las guerras, el uso de pesticidas y muchos otros.

En cuanto a la naturaleza realista de la imposición de límites planetarios, el Instituto Breakthrough evaluó el estudio y la idea de crear límites a lo que los humanos pueden hacer y el impacto que tales límites planetarios podría tener sobre la civilización. La conclusión es que dichos límites planetarios no son una solución viable para resolver cualquier tipo de problema ambiental. “El marco de los límites del planeta no es una guía útil para la política o la gestión del medio ambiente en un sentido concreto, ya que no capta los desafíos involucrados en la mayoría de los problemas ambientales que enumera”, dijo el geógrafo Linus Blomqvist. De hecho, el Instituto dice que la imposición de límites planetarios es una manera engañosa de hacer frente a los desafíos ambientales mundiales. Lea el análisis del estudio en la página web del Instituto Breakthrough.

De acuerdo con Blomqvist, ni el establecimiento de los límites planetarios como se propone en el estudio, ni la transgresión de los límites tendría un impacto significativo en la supervivencia del planeta. Pero Blomqvist advirtió sobre lo que los humanos deben hacer a fin de garantizar su existencia en un planeta sostenible. “Las limitaciones reales para la sostenibilidad son más bien nuestra capacidad de cultivar alimentos suficientes, mantener un clima sano y así sucesivamente”, dijo Blomqvist. Eso es exactamente lo que las políticas de la ONU quieren evitar. Bajo los auspicios de la ONU y sus límites a la actividad humana, más tierra se quedarían sin tocar, pues se dejaría para el uso de los animales y las plantas y menos tierra se utilizaría para la producción sostenible de alimentos.

A pesar del carácter irreal que presenta el imponer límites planetarios y cómo este esquema no se ocupa de los verdaderos problemas ambientales, el establecimiento oficial de dichos límites serán discutidos en la cumbre Rio+20 de las Naciones Unidas. Extraoficialmente, muchos países ya han dado el control de las Naciones Unidas sobre grandes zonas de sus tierras y las aguas territoriales al nombrar esas zonas Parques Nacionales, Áreas de Biodiversidad o Áreas Protegidas. Muchos de los recursos más valiosos de la humanidad están ahora bajo el control de la ONU, que poco a poco y sin problemas trata de apretar la empuñadura de control sobre esos recursos.

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