POR LUIS MIRANDA | THE REAL AGENDA | 21 SEPTIEMBRE 2012
Durante muchos años, los Estados Unidos ha disfrutado de una ventaja injusta con respecto al resto del mundo: casi todo el comercio internacional se realiza en dólares estadounidenses. Tanto amigos como enemigos de los EE.UU. han tenido que comprar materias primas, partes, productos terminados, pagar aranceles y tasas de cambio en dólares debido a que el mundo aceptó la moneda estadounidense como un instrumento fuertemente posicionado respaldado por el poderío económico y militar de ese país norteamericano.
El resultado de tener una moneda de reserva, tanto para los EE.UU. como para el resto del mundo es claro: los estadounidenses han disfrutado de décadas de abundancia, en gran parte porque casi todo lo que es necesario para vivir se ha comprado y pagado en dólares estadounidenses. Desde el petróleo hasta los alimentos básicos, los países y las empresas utilizan el dólar de EE.UU. para completar transacciones comerciales.
Pero la abundancia de los estadounidenses no fue la única consecuencia — u objetivo, dependiendo de cómo se vea. Debido a que el dólar de EE.UU. fue la moneda de reserva del mundo, su valor se mantuvo artificialmente alto. Personas, empresas y otros países compraron dólares para usarlos en sus actividades diarias, tales como gastos de viaje, intercambio de divisas en transacciones de pequeños y grandes volúmenes.
El valor de la moneda, especialmente una ‘fiat’ como lo es el dólar de EE.UU., es artificial, ya que después de que el banco central decide imprimir dinero más allá de lo que un país produce — PIB — con el fin de promover una economía basada en la deuda, es sólo una cuestión de tiempo antes de que las ruedas del camión se aflojen. En el caso de los Estados Unidos, tres de las cuatro ruedas ya han caído. La moneda de EE.UU. ha sido hiper-inflado de forma controlada desde la creación de la Reserva Federal, que es el mismo sistema de poder centralizado utilizado en casi todos los países, no importa si es desarrollado, en desarrollo o subdesarrollados.
Hoy en día, el valor del dólar, el euro, el peso o el real no representan la capacidad de un país para producir, innovar y vender productos en los mercados locales, regionales e internacionales a través de acuerdos bilaterales o multilaterales. El valor de las monedas es fijado por las instituciones bancarias y luego libremente manipulado por los mercados artificialmente administrados, y no por el verdadero capitalismo de libre mercado.
El tipo de “contrato comercial” que ayudó a los EE.UU. a establece su moneda como “moneda de reserva mundial” y que proporcionó la ventaja injusta frente a sus socios comerciales y competidores está llegando a su fin. El surgimiento de China como uno de los mayores productores — a través de procedimientos y normas cuestionables por decir lo menos — junto con la posición económica débil de Estados Unidos en el escenario mundial, ha llevado a los países a buscar formas alternativas de completar transacciones comerciales que hacen no utilizar dólares estadounidenses.
Aquellos que compiten con Estados Unidos, especialmente los que prestan dinero al país, se dieron cuenta de que Estados Unidos probablemente irá a la banca rota debido a los niveles de deuda que tiene, lo que abonado a una moneda devaluada que no valdrá mucho, les ha hecho utilizar sus propias monedas en lugar del dólar de EE.UU..
Por ejemplo, China y Rusia han cerrado varios acuerdos para realizar transacciones comerciales en sus propias monedas, en lugar de usar dólares. Los chinos y los rusos, al parecer, se enteraron de que mediante el uso del yuan y el rublo, no están solamente valorizando sus monedas, pero también evitan pagar el “impuesto de dólar”, o el costo de tener que comprar y vender en dólares estadounidenses, lo que les había mantenido en una situación de desventaja competitiva frente a su rival comercial y militar.
La devaluación del dólar debido a la manipulación bancaria llevada a cabo por la Reserva Federal o el debilitamiento de la moneda en los mercados internacionales, es una mala noticia para el pueblo estadounidense, ya que significa que si el dólar no puede mantener su estatus de moneda reserva, todo va a ser más caro para ellos: materias primas, alimentos, energía, tipos de interés, etc, pero peor que todo eso es que la demanda de dólares estadounidenses en el mundo se reducirá significativamente, lo que en sí mismo hará que el dólar sea menos atractivo para comercializar bienes y servicios.
La pérdida de valor de la moneda estadounidense también agravará otro problema: la deuda de EE.UU.. El país ha sido durante mucho tiempo la mejor nación deudora del mundo, porque sus prestamistas pensaron que al tener la moneda reserva del mundo les garantizaría que los préstamos serían pagados en su totalidad. Pero ahora, la realidad muestra lo contrario.
La caída del dólar de su pedestal de “moneda reserva mundial” también hará que sea más caro para EE.UU. pagar su deuda actual, así como la deuda que en la que va a incurrir en los próximos años y décadas. Cuanto más débil es el dólar, más caro se vuelve para los EE.UU. pagar sus deudas. Este escenario se ve ahora en España, Grecia, Italia y Portugal, que han entregado su soberanía a las instituciones bancarias extranjeras a cambio de “rescates financieros”.
Aunque la sabiduría popular sugiere que el endeudamiento de EE.UU. con China sería la peor situación posible mientras que el dólar declina, en realidad hay un escenario peor y este no incluye a China. El prestamista principal de EE.UU. no es más China, sino el Sistema Bancario Centralizado, representado por la Reserva Federal, una institución privada que vela por los intereses de un consorcio bancario internacional con sede en el extranjero, no en los Estados Unidos.
La mafia bancaria continuará prestando voluntariamente a los EE.UU. porque toda la deuda creada por la Reserva Federal en nombre de los Estados Unidos y su pueblo siempre tiene una manera de ser pagada. Los Estados Unidos, al igual que muchos otros países en el mundo hipoteca la vida de las personas presentes y futuras cobrándoles impuestos hasta el día de su muerte para pagar intereses sobre la creciente deuda.
Esta “confianza” que las instituciones bancarias tienen en los Estados Unidos y otras naciones sólo puede romperse si el dólar falla como la moneda reserva mundial. Es por eso que los banqueros europeos han creado monedas paralelas como el euro, el cual también pretenden colapsar el fin de establecer una especie de forma electrónica de comercio.
Al mismo tiempo, y mientras sea posible, individuos poderosos que han hecho sus fortunas a través de prácticas engañosas, como George Soros, así como otros gobiernos, han comenzado una carrera para deshacerse de sus reservas en dólares — un hecho que también debilita la moneda norteamericana — para invertir en oro, metales raros plata y otros instrumentos valiosos. La venta de fondos en dólares a otras monedas, metales preciosos o materias primas amenaza con acelerar la caída de la moneda reserva mundial aún más, como sucede con cualquier otro producto que deja de ser consumido.
La caída del dólar ha envalentonado a países como China para considerar seriamente dejar que su moneda fluctúe libremente en el mercado abierto. Esta práctica está programada para comenzar en 2015 y continuará hasta el año 2017. Los chinos apuestan a que en 2015 el dólar va a estar lo suficientemente para no poder competir directamente con el Yuan.
Pero en un mundo financiero donde casi todo es falso, no hay ninguna razón para creer que el gobierno de Estados Unidos o las instituciones bancarias que su gobierno representa no se van a plantear una manera de ralentizar o detener el colapso de su moneda. Muchos expertos financieros esperan lo contrario, sin embargo. Algunos de ellos incluso creen que el colapso del dólar va a pasar en algún momento entre el invierno de 2012 y la primavera de 2013.
Si hay una cosa que el mundo ha aprendido que naciones independientes que establecen acuerdos comerciales de manera bilateral o multilateral, están en mejor situación que aquellas que son prisioneras de una moneda común con un sistema de poder financiero centralizado. La única razón por la que el mundo está dominado por una moneda común y las llamadas Uniones Políticas y Comerciales, es porque esos esquemas facilitan controles monopólicos, que es lo que la mafia bancaria internacional busca tener.
El euro es un claro ejemplo de cómo un monopólio funciona perfectamente cuando un grupo de oligarcas tiene la intención de crear economías artificialmente para luego colapsarlas y así consolidar poder. Para los miembros de esa oligarquía el sistema funciona muy bien. Para el resto de nosotros, es mejor acabar con monedas reserva que proporcionan ventajas injustas, así como el poder centralizado que sólo rinde beneficios para la élite anglo-sajóna.
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