Armas Biológicas de Acción Lenta
February 9, 2011
Por Frank Whalen
En Español Luis R. Miranda
Febrero 9, 2011
¿Es un proyecto que se llevó a cabo en Japón para reducir su población, uno cuyo éxito podría ser fácilmente aplicado en otros países si una agenda similar a la japonesa continua avanzando?
El 13 de junio de 2008 El New York Times informó sobre la aprobación de una ley anti-obesidad en Japón, a través de la que hombres y mujeres entre las edades de 40 y 74 deberán tener su cintura medida en un intento de poner fin a la obesidad. Los que se encuentran en sobrepeso tendrán tres meses de “orientación dietética”, y después de seis meses, recibirán “más re-educación”.
En Estados Unidos y otros países, tenemos un plan de reforma de la salud que aún no se ha aplicado plenamente que también podría requerir exámenes anuales para controlar el peso.
A menudo oímos que el sobrepeso es una enfermedad y una carga para los fondos de salud. También podría ser llevado a otro nivel si se exige la participación de los jóvenes. Si los niños están constantemente con sobrepeso, según esta ley, eso podría interpretarse como abuso infantil, por lo que los niños quedarían en custodia del gobierno.
Cada vez más, la gente come alimentos que contienen hormonas de crecimiento. Desde principios de 1990, al ganado se le ha dado la hormona recombinante de crecimiento bovino- una innovación de la empresa Monsanto- para impulsar la producción de leche. Estrógenos sintéticos, tanto en las vacas como los pollos aumentan el tamaño de los animales y claramente afectan a todos los productos y alimentos consumidos por humanos.
El 30 de julio de 2007, el diario Kansas City Star informó sobre como “la fluctuación de hormonas” causar que los hombres experimenten ginecomastia o agrandamiento de las mamas. Como resultado, algunos de estos hombres han sido sometidos a cirugía de reducción mamaria.
Teniendo en cuenta el uso generalizado de los cultivos genéticamente modificados, es lógico pensar que tales cosas afectan el cuerpo humano e incluso la estructura genética. El 27 de octubre de 2005, el sitio web de noticias ruso Pravda informó sobre un estudio en el que ratas exclusivamente alimentadas con productos genéticamente modificados mostraron una debilidad severa y pronunciada en su descendencia que resultó en una tasa de mortalidad al nacer de más de 55 por ciento. Los ingredientes geneticamente modificados afectaron seriamente el comportamiento de las ratas entre sí mismas, lo que llevó al reportero de Pravda a la conclusión de que los alimentos genéticamente modificados , de hecho, son `una arma biológica de acción lenta.”
El agua parece ser un factor, también. En 2006, la Universidad de Colorado realizó un estudio para descubrir por qué los peces estaban cambiando de forma espontánea de un género para otro. Los estudios han demostrado que el estrógeno tomado por las mujeres que utilizan anticonceptivos no es filtrado adecuadamente de las aguas residuales durante su tratamiento, y posteriormente este es consumido en altas concentraciones por animales y humanos al accesar el suministro de agua.
En 2009, la CNN informó que los jóvenes japoneses son ahora comúnmente conocidos como “herbívoros” pues parecen “no estar interesados en la carne”, lo que significa que evidentemente no están interesados en las relaciones sexuales con las mujeres, prefieren una situación más platónica. Esta mentalidad se ha traducido en tasas de natalidad más bajas e incluso en una menor producción económica, pues las prácticas comerciales agresivas de las generaciones anteriores han sido reemplazadas por una actitud mucho más pasiva.
En Japón, la masculinidad está en decadencia, siendo reemplazada por un hombre más afeminido. Estados Unidos ha experimentado algo similar. El término común “metrosexual” fue acuñado en 1994 para describir a un hombre recto que muestra una obsesión casi estereotipada homosexual con miradas, excesivo aseo así como su estilo al vestir y caminar. La práctica de los hombres de hacerse pedicuras y las cejas con cera se han vuelto más comúnes en los últimos años.
Si bien estas tendencias pueden atribuirse a la sobrecarga de hormonas, los programas de ingeniería social quizás animen a los hombres a estar más en contacto con su lado ” más sensible”. Estas ideas son comunicadas a través de los medios de comunicación y los sistemas de re-educación, un factor que contribuye a estos cambios, tanto como las hormonas.
Otros factores son preocupaciones internacionalistas sobre la sobrepoblación, y la necesidad creada artificialmente de hacer con que la población accepte normas sanitarias por “el bien de todos.” Estos factores están en exhibición en Japón, lo que resulta en una forma fácilmente aceptable de control poblacional. Al igual que otros productos de éxito enviados primero a los Estados Unidos y después a otros lugares del planeta, no es exagerado esperar que programas similares ya se estén exportando a otros lugares.