Sistema Financiero es Fraudulento y la Causa de la Crisis

POR LUIS MIRANDA | THE REAL AGENDA | 10 JUNIO 2012

Le tomó casi 100 años para a los globalistas en el control de los sistemas financieros y bancarios para darse cuenta de que su esquema basado en endeudamiento no puede ser utilizado para explotar a la gente y los recursos del planeta. Ya en 1913, los barones bancários decidieron que iban a controlar la emisión y el flujo de dinero con un sistema que constantemente mantiene a todas las naciones del mundo en deuda con las instituciones financieras supranacionales creadas por las entidades bancarias privadas. Estas entidades crean el dinero de la nada, se lo prestan a las naciones esclavas, cuyos gobernantes endeudan a las generaciones futuras. Mientras tanto, los bancos obtienen una jugosa ganancia al tiempo que garantizan que personas que ni siquiera han nacido tendrán que trabajar toda su vida para pagar los intereses sobre la deuda que nunca acaba. Este ciclo se repite continuamente.

Hoy en día, los medios de comunicación corporativos omite detalles sobre el último encuentro del grupo Bilderberg en Virginia, Estados Unidos, pero sí reservan tiempo para promover el hecho de que las entidades bancarias que llevaron la economía global al precipicio, se convencieron finalmente de que su modelo ya no funciona. Es importante entender que cuando dicen que no funciona, implícitamente significa que no pueden seguir defraudando al mundo con este. Lo que los principales medios de comunicación no están diciendo a la gente es que la mafia global actual tiene la intención de implementar un nuevo sistema bajo el cual se mantendrá en control, pero con más poder por ende que podrán crear aún más esclavitud. Tanto los directores del Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo han dicho que es hora de acabar con el resto de los estados-nación y dar paso a una organización financiera mundial que dicte las políticas económicas, ambientales y financieras, lo que será hecho bajo el control monopólico de los mismos banqueros.

Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, calificó el actual sistema impuesto por los bancos centrales como “insostenible” y una vez más culpó a los gobiernos de las naciones que no aceptaron las directivas de los banqueros como responsables de la grave crisis económica y financiera mundial . Él dijo que los líderes han sido lentos para responder a la crisis de la deuda soberana, la cual también fue fabricada por las instituciones bancarias internacionales. “La configuración que teníamos hace 10 años, que se consideraba sostenible, ha demostrado ahora ser insostenible si no se llevan a cabo medidas adicionales”, dijo Draghi. Se olvida de mencionar el hecho de que la crisis que sufrimos es una consecuencia de la creación y venta de derivatives creados y vendidos por los banqueros, así como de los credit default swaps como las formas más nuevas y de moda de inversión que más tarde acabaron con el dinero de los pueblos en que usaron fondos de pensiones, cuentas de jubilación, el ahorro de la seguridad social y así sucesivamente para adquirir estos productos tóxicos. Otro detalle importante no mencionado por Draghi es que la globalización de la economía ha servido como una plataforma perfecta para hacerse aún más con el control.

Después de crear el problema, los banqueros presentaron su rescate y los programas de austeridad como una “solución” para poner en marcha la economía, pero como ya hemos informado, solo se trataba de un paso más en el proceso de consolidación de las naciones endeudadas, como Islandia, Grecia, y los nuevos  como España, Portugal, Francia, Estados Unidos y Alemania. La austeridad llegó en forma de recortes a los programas de ayuda social en los que dependen millones de personas en esos países, y los rescates de los bancos internacionales en forma de paquetes de ayuda financiera. Como están las cosas hoy en día, los banqueros recibieron ayuda y las personas fueron desechadas. Pero miles de millones de dólares en paquetes de rescate financiero no fueron suficientes para los banqueros. Ellos querían más. Ellos querían el control total. Como sus programas de rescate no resultaron en un control total, ahora los banqueros se están desplazando al plan B, que incluye la adquisición completa de otros estados-nación a través de un perpetuo estado de guerra que justifica su robo de los recursos naturales y la centralización de toda actividad humana.

Después de la creación y venta del problema a través de continuas amenazas que advertían sobre el colapso total del sistema financiero mundial — una situación que ellos buscaron y provocaron — si los gobiernos no rescataban a los bancos. Globalistas como Herman Van Rompuy, Jean Claude Trichet, y Manuel José Barroso trataron de crear pánico, para que los políticos adoptaran las medidas de austeridad ilegales llevadas a cabo, así como el rescate de los bancos que eran demasiado grandes para quebrar. Después de los banqueros apostar por los productos financieros tóxicos que sabían que no tendría pasarían la más sencilla prueba de legalidad, los bancos se escaparon con el 97 por ciento del dinero de los inversionistas quienes confiaron en modelos de calculo de riesgo ilegítimos para usar el dinero de sus clientes mientras las instituciones financieras solo arriesgaron entre un 2 o 3 por ciento de su propio dinero.

De repente, los bancos y sus instituciones ya no son capaces de mantener sus castillos de arena apoyados en los pilares de degeneración financiera, exceso de confianza, codicia y arrogancia financiera. “¿Puede el E.C.B. llenar el vacío dejado por la falta de un poder centralizado en la zona del euro “, se preguntó Draghi. “La respuesta es no.” Por supuesto que no. Los banqueros quieren un nuevo sistema que les permita operar sin tener que rendir cuentas que les de más libertad para seguir tomando riesgos, hipotecando el futuro de las clases trabajadoras de todo el mundo. Al igual que en el pasado reciente, los banqueros están advirtiendo que la inacción, la liquidación de la deuda o reglamentos más efectivos significarían un contagio generalizado de los bancos y las economías que se produciría con mayor facilidad y rapidez debido a la interconexión de la economía mundial. Los bancos están buscando la desregulación completa y un esquema de auto gobierno para no tener que rendir cuentas a ningún gobierno. Pero fue precisamente la falta de regulación bancaria lo que permitió a los banqueros hacer lo que hicieron: someter al mundo en un profundo agujero negro de deuda de la que no hay manera de salir.

La eliminación de la Ley Glass-Steagall de 1933, que había frenado con éxito el hambre de los banqueros para el negocio arriesgado, provocó una cadena de acontecimientos que todavía está en curso. Los bancos que necesitan rescates, porque supuestamente son demasiado grandes para quebrar, los gobiernos, sin dinero en efectivo para cumplir con sus obligaciones, los fondos de pensiones cuyas arcas están vacías, la  corrupción financiera fuera de control, los productos de inversión tóxicos y artificiales, etc.. “Fue la mayor transferencia de dinero de las clases trabajadoras a las personas más ricas de la historia humana”, dice Russ Roberts, el anfitrión de Econtalk. “Fue malo para la democracia y para el capitalismo.” La solución, de acuerdo con los banqueros, sin embargo, es la creación de un fondo de seguro, el cual será pagado por los contribuyentes de todo el mundo, para asegurarle a los bancos que siempre habrá un plan de rescate listo para sacarlos de sus inversiones de riesgo. Eso no sólo crea el incentivo financiero para centralizar aún más el poder económico, sino que también eliminará el proceso natural de libre mercado, la rendición de cuentas y la prevención de no arriesgar más de lo que puedas pagar. Un fondo financiero mundial le permitirá a los banqueros arriesgar aún más, ya que pueden contar con una clase obrera que proporcionará el fruto de su trabajo para rescatarlos cada vez que lo necesiten.

Allan Greenspan, el jefe de la Reserva Federal en 2008, dijo en audiencias del Congreso que él no sabía lo que había sucedido, que él pensaba que los banqueros serían capaces de regularse a sí mismos. Dijo que creía que los bancos tenían la capacidad de evaluar su propio riesgo. Y así lo hicieron. Es por eso que por cada 100 dólares que los bancos arriesgaron, sólo tres dólares eran de su propio dinero. El resto era dinero de los gobiernos, fondos de pensiones, cuentas de ahorro, etc. Greenspan fue el hombre que estaba sentado en la silla de oro de la Reserva Federal cuando el proceso de desregulación bancaria más grande tuvo lugar en las administraciones anteriores, y sabía exactamente el potencial que esta desregulación podría crear para las instituciones financieras que quedarían fuera de control, sin necesidad de rendir cuentas. Ahora que su sistema se ha destapado como fraudulento, los banqueros están utilizando más analogías para describir las supuestas amenazas que surgirían si los gobiernos deciden no renunciar a su soberanía por completo. El último de ellos es que la crisis de la deuda es una “bomba de tiempo”. Los banqueros no quieren comprar la deuda del gobierno, lo cual deberían hacer, y entonces llaman esta iniciativa de “el gatillo que detonará la bomba de tiempo”.

La iniciativa de hacer que los bancos compren la deuda de nuevo, no sería una solución a la crisis de deuda soberana, sin embargo. De hecho, en realidad sería perpetuar el sistema basado en la deuda, porque los gobiernos serían capaces de crear más deuda, lo que dará lugar a una crisis más profunda, ya que serán incapaz de hacer los pagos de los intereses. Los bancos entonces se queda con la bolsa vacía, un resultado generalmente reservado para las clases trabajadoras. El escenario ideal sería que los bancos se vieran obligados a volver a comprar la deuda actual, que fue creada por ellos mismos, y que los gobiernos adoptaron políticas fiscales y monetarias sanas, sin necesidad de crear más dinero de la nada. Por supuesto, los bancos no van a permitir que eso suceda, porque va a reducir su control sobre el sistema financiero. Independientes y libres de deuda a los gobiernos que adopten políticas fiscales y monetarias como estas, eliminarían la necesidad de tener un sistema bancario como el actual, basado en la deuda, y por lo tanto eliminarían el control que los banqueros han acumulado hasta ahora. La liquidación de la deuda permitiría que los bancos y otras instituciones fuesen a la quiebra y que el sistema económico mundial comenzase fresco y operase en un ambiente limpio y desinfectado, donde las economías creadas artificialmente no existirían más y los países realiarian sus negocios sobre la base de la existencia de recursos, capacidad de producción, el producto interno bruto, el saldo de compras y ventas, las negociaciones comerciales bilaterales y multilaterales, y así sucesivamente.

“La crisis en la que ahora estamos fue causada en parte por personas que hicieron apuestas excesivamente arriesgadas con el dinero de otras personas”, dice Roberts. Añade que una buena pregunta para hacerse es ¿por qué la gente permite a los bancos hacer apuestas de alto riesgo con su dinero. Era como un juego de póker donde los bancos sólo corrían el riesgo de un 3 por ciento de su propio dinero, mientras que los inversionistas perdieron 96 o 97 por ciento de su dinero. Pero en lugar de ser castigados por tomar esos riesgos, los bancos se vieron recompensados al recibir rescates. A pesar que los cálculos matemáticos utilizados por los bancos para evaluar el riesgo de mercado y valor de los activos se consideran fraudulentos, estos todavía se utilizan para evaluar las oportunidades de inversión. Pero cuando esas oportunidades se demuestran ser apuestas arriesgadas, con base en cálculos fraudulentos, se dijo a los bancos que estaba bien, porque los gobiernos habían llegado a su rescate. Se les permitió vender pasivos como activos haciendo que la gente tomase riesgos muy altos a cambio de una promesa de obtener un retorno minúsculo, o inexistente. “Creo que ellos creían que el gobierno los rescataría en el caso de una recesión”, afirma Roberts. En su opinión, los mercados se rigen ahora por capitalistas de camarilla, y compinches que deben ser expulsados antes de que todo pueda volver al capitalismo real.

El capitalismo es un sistema de pérdidas y ganancias. La perspectiva de una buena rentabilidad es un incentivo para tomar riesgos, y las pérdidas son llamados a la prudencia. Cuando el incentivo para ser prudente se elimina porque hay un gobierno, entidad o fondo que rescate a un banco o un sistema entero, se destruye el sistema financiero, y eso es lo que sucedió en 2008. Los gobiernos, a instancias del cartel de la banca poderosa cubrieron los riesgos asumidos por las instituciones bancarias y con ello eliminaron la necesidad de prudencia y responsabilidad.

Austeridad y Catástrofe Financiera son las tácticas del Terrorismo Económico

Por Luis R. Miranda
The Real Agenda
28 de junio 2011

Los terroristas económicos que causaron la crisis financiera actual -que por cierto no son capitalistas, sino corporaciones bancárias monopolísticas- no se han detenido en ella y siguen amenazando a países con dos diferentes tácticas: la austeridad y la amenaza de una catástrofe financiera, si sus propuestas no se aplican. Desde que Grecia, Islandia, Portugal, España y otros países europeos comenzaron a mostrar signos de dificultades económicas, los banqueros que han diseñado el sistema, les han dicho al público -a través de sus peones burócratas- que la crisis se resolverá a su manera o si no… ¡Literalmente!

Si bien los países que tienen más que perder se encuentran en Europa, fue George W. Bush, que primero sonó la alarma de la crisis de la deuda. El equipo económico de Bush advirtió a los contribuyentes que un rescate masivo era necesario para salvar las instituciones financieras que se son las causantes de mucho -si no toda la crisis financiera. Como sabemos ahora, todo el dinero del rescate -el que se dio públicamente así como en secreto- fue a parar a cuentas bancarias europeas en lo que hoy conocemos como el rescate bancario de 2008. Aunque Henry Paulson dijo al Congreso de EE.UU. y al público que habían algunas entidades que no podíamos darnos el lujo de dejar caer en bancarrota, los $ 700+ millones de dólares -en realidad $ 24 trillones- no eran fueron realmente utilizados para salvar a nadie más que a los propios banqueros, que ahora están utilizando el dinero para comprar Grecia, Islandia, España y Portugal por centavos de euro.

Debido a que ni su plan de rescate ni sus QE’s ha funcionado, los banqueros han pasado ahora a la fase 3 de su plan. Esta fase incluye una reducción masiva del gasto público recortando todo tipo de programas que benefician principalmente a las clases medias y más bajas en Europa y los Estados Unidos. Mientras los banqueros y las corporaciones se quedan con el botín, los gobiernos se ven obligados -a través del Banco Mundial y el FMI a reducir el gasto en algo que ellos llaman austeridad. Pero la austeridad sólo se aplica a los pobres, no a los bancos, que como ya he dicho, continúan adquiriendo la infraestructura de todo el mundo, pagando con dinero de los contribuyentes.

La táctica de austeridad ha enfurecido a millones de personas que salieron a la calle para protestar y pedir a sus gobiernos que rechazan las políticas de austeridad del FMI y simplemente abandonaran su membresía en estas y otras instituciones financieras globalistas. En cambio, los gobiernos han decidido que no son responsables ante sus ciudadanos y que la austeridad es el camino a seguir. Como respuesta, los griegos, españoles italianos y otros volvieron a las calles. Mientras que la ira de la gente crece al ver que sus fondos de pensiones son robados, sus salarios congelados o cortados y el costo de la vida creciendo de manera exponencial, los terroristas financieros en la parte superior de la industria bancaria han decidido utilizar una vez más su última herramienta: el terrorismo financiero.

Terrorismo financiero ocurre cuando las personas e instituciones que ingenian las crisis -los bancos- con el fin de consolidar poder económico y reforzar su control sobre los monopolios, exigen a sus clientes -los gobiernos deudores- pagar sus deudas de una vez. Debido a que es imposible para cualquier gobierno pagar toda su deuda a los tiburones financieros, sus sus instituciones como el Banco Mundial, el FMI, el Banco de Pagos Internacionales y la Reserva Federal imponen programas de austeridad que erosionan aún más las clases medias y bajas. Esta política se adjunta a la adquisición de nuevos préstamos con intereses aún más altos con el fin de supuestamente pagar por los préstamos atrasados. La idea de que los prestamistas tengan la habilidad de exigir el pago total de los préstamos en cualquier momento, es bien sabido por los gobiernos antes de firmar los contratos que los convierten en deudores; sin embargo ellos los firman. Esto sucede porque a cambio de los préstamos, los gobiernos se comprometen a usar el trabajo de sus ciudadanos, el dinero de los impuestos recaudados por el fisco e inclusive la infraestructura de sus países como moneda de cambio para garantizar los préstamos que llegan a tener tasas de hasta 79 por ciento.

Si un gobierno desafía el mandato de los bancos, estos imponen sanciones financieras a los países deudores a través del aumento de las tasas de interés en sus préstamos y la reducción de su capacidad crediticia. Esto a su vez hace que sea más difícil para los países poder pedir prestado y, en consecuencia se mantienen en una espiral hacia abajo hacia el agujero de la pobreza. Dado que los países ya no son capaces de pedir prestado para salir de la deuda, la única solución es la venta de su infraestructura -puertos, carreteras, instituciones, servicios, industria, etc- con el fin de pagar la deuda. Como usted pudo haber adivinado, los compradores de estos activos son los propios bancos, que llegan con dinero en efectivo de los contribuyentes en la mano para consolidar aún más su dominio de los países prestatarios.

El escenario que surge de estas acciones es no sólo que los países se vean más devastados con peores políticas económicas y financieras, ahora bajo el control completo de los banqueros, sino también que haya un mayor número de personas pobres, una clase media más pequeña y una oligarquía más fuerte. La diferencia esta vez es que los banqueros no sólo tienen la intención de liquidar una nación del tercer mundo que no paga, sino que incluye los más grandes y desarrollados países del hemisferio occidental, incluyendo a aquellos con las mayores cantidades de recursos naturales y poder militar, que por supuesto también se convertirán en propiedad de los banqueros.

El objetivo final de los banqueros es lograr el control de todo -no es que no lo estén haciendo hace mucho tiempo. Para ello, se construyó el sistema en que vivimos hoy día. Este sistema fue literalmente ingeniado -usando ingeniería social- para controlar cada aspecto de nuestras vidas. El resultado de la ingeniería es el actual estado pasivo en el que la mayoría de la gente vive, donde ni siquiera saben que algo como esto está sucediendo, mientras que a otros simplemente no les importa. Ante este escenario, es muy difícil ver cómo los banqueros tendrá algún problema para la ejecución de su plan. A pesar de que millones de personas han despertado de su letargo, la mayoría no tienen ni idea de que su futuro está terminando. Como sucedió en el pasado, será necesaria una revolución de una minoría para asegurarse de que las personas libres sigan siendo libres. Sería mucho más fácil y eficaz, desde luego, si más gente se despertara de su trance y les diera una mano. A pesar de que una revolución por la minoría puede una vez más salvar a la mayoría, sólo una revolución de la mayoría será capaz de erradicar el cáncer conocido como el Cártel económico y financiero de las Ocho Familias.

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